¿Has tenido la sensación de que, por mucho que hagas, la vida te envía hacia otro lado? ¿Has experimentado cómo, algunas veces, las cosas te salen sin el mínimo esfuerzo? ¿Te has preguntado a qué se debe eso?
Confieso que no sé la respuesta, pero sí he podido observar que la vida se parece mucho al viento que hace navegar a un velero. Uno puede poner todo su esfuerzo en mover las velas a su voluntad para intentar que el barco avance, pero es mucho más eficiente y agradable observar hacia dónde sopla el viento.
En la vida, como en la navegación a vela, nos empeñamos en querer controlar el siguiente paso y nos centramos demasiado en el cómo y no tanto en el hacia dónde. Sin embargo, cuando despertamos a la realidad de nuestra falta de control sobre lo que sucede en nuestras vidas, podemos descansar y simplemente observar hacia dónde vamos y por dónde sopla el viento en este momento.
Cuando tenemos un destino al que nos gustaría llegar y navegamos en un barquito de vela en medio del océano (llámalo ser humano en un planeta azul), es muy importante observar el viento, aprovecharlo para poner las velas en la dirección correcta y dejarnos arrastrar cuando llega el momento. El viento sopla cuando tiene que soplar o, mejor dicho, el viento sopla cuando sopla, pero del navegante depende aprovecharlo.
¿Vas a perder la siguiente ráfaga de viento mientras estás pensando en mil maniobras de cómo girar la vela? ¿Te vas a seguir esforzando en remar cuando no sopla el viento? ¿O vas a empezar a observar el viento y disfrutar de los momentos de calma en medio del océano?
Te invito a que tus sueños te digan hacia donde orientar la vela y a dejar que el siguiente paso te lo indique el viento. Tan sólo observa y déjate llevar. Eres libre de intentar remar cuando no hay viento, de jugar a adivinar desde dónde vendrá la siguiente ráfaga o incluso de intentar construir un motor para que tu velero no dependa del viento, pero observa que existe una forma de llegar a tu destino sin tanto esfuerzo. Para eso está el viento.
Así que, si tienes un velero, pon rumbo hacia tus sueños y disfruta de la navegación. El viento se encarga del resto. Y si eres de los que tienen un velero y deciden ponerle un motor, ten en cuenta el gasto en combustible (¿cuánta energía tienes?), el tiempo de repostaje (¿te quedarás parado cuando se acabe tu «gasolina»?), la contaminación (¿qué áreas de tu vida vas a perjudicar con tu esfuerzo?) y alguna que otra avería en plena navegación (¿qué tal vas de ingeniería mecánica vital?). Así que no estaría mal que igualmente empezaras a observar hacia dónde sopla el viento.
En cualquier caso, no olvides disfrutar del viaje. ¡Feliz navegación!
Dirigirte en la dirección de tus sueños y dar el siguiente paso es todo lo que necesitas hacer para viajar mucho más lejos de lo que imaginas.
Michael Neill.